Descripción
Este libro es el fruto de varios años de trabajo de campo y múltiples estudios comparados para intentar comprender de mejor manera la relación entre la policía y el público. En Europa, algunas policías se caracterizan por presentar bajos niveles de satisfacción y legitimidad. Los gobiernos de los países que no han sabido adaptar sus policías al giro democratizador, enfrentan con mayor dificultad su relación con la ciudadanía. Confunden la fuerza con la autoridad. Esas carencias se ven reforzadas por la creciente desigualdad económica y los clivajes culturales, étnicos y religiosos relacionados con la inmigración.
El interés de este análisis para América Latina es evidente. Medido con las mismas herramientas que en Europa, la confianza y la legitimidad de la policía chilena -a menudo considerada como un ejemplo para los demás países de la región-, son más modestas de lo que se solía pensar.
Los sistemas policiales de Francia y Chile comparten una tradición jerárquica y centralizada de escasa transparencia. En ambos países se requiere de reformas que redunden en mayor legitimidad de sus policías.