Elena Aldunate: la dama de la ciencia ficción chilena

Por Ivón Lobos


¿Qué protagonismo tiene la mujer en la literatura de ciencia ficción? ¿Qué escritoras chilenas han pensado en un futuro diferente?


Al intentar responder estas preguntas y hacer un recorrido histórico por la literatura de ciencia ficción chilena escrita por mujeres, el nombre que a todas luces aparece es el de Elena Aldunate, denominada «La dama de la ciencia ficción”. Reconocida como la primera escritora que, desde una mirada femenina, adopta este género y vislumbra un futuro diferente para la mujer.

Un año antes de su debut literario, Simome de Bonvour escribía: “Lo que define de una manera singular la situación de la mujer es que, siendo como todo ser humano una libertad autónoma, se descubre y se elige en un mundo donde los hombres le imponen que se asuma como lo Otro: se pretende fijarla en objeto y consagrarla a la inmanencia, ya que su trascendencia será perpetuamente trascendida por otra conciencia esencial y soberana”. El segundo sexo (1949).

Elena Aldunate, vía El lector en el Centeno.

Desde muy joven la escritora comienza a vivir este drama junto a otras intelectuales que, paradójicamente, hoy se mantiene con sus respectivos matices aun cuando queremos situar la figura de la mujer-escritora en la ciencia ficción.

Es cierto que, como hija del escritor Arturo Aldunate Phillips, nació en el seno de una familia católica y acomodada, que le otorgó ciertos privilegios para introducirse en las letras chilenas. Del mismo modo, pudo estudiar danza y teatro, aunque los abandonó al casarse a los 19 años. Sin embargo, cuando se manifestó contraria a los valores tradicionales de la época al querer separarse, fue internada en una institución de salud mental, por lo que tuvo que ceder la tuición de sus hijos para recuperar su libertad. Tras estos hechos, sus primeros escritos fueron quemados: una historia similar a la de Teresa Wilms Montt, aunque menos trágica. Un dato biográfico interesante que se presenta en su obra de manera recurrente, particularmente, en su crítica al machismo.

Desde luego, sus primeros escritos dan cuenta de mujeres restringidas en opinión, participación social, marcadas por la sombra masculina que erigía sus vidas y que traspasa la barrera de las clases sociales, por ejemplo, en Candia(1950). De igual forma, se introduce al género de la ciencia ficción con Juana y la cibernética(1963).

En Juana y la cibernética una operaria de fábrica se siente sentimentalmente atraída por una máquina y establece con ella una relación delirante, luego de quedarse encerrada en su lugar de trabajo, un viernes en víspera de año nuevo:

Su mano distraída, se apoya en una de las palancas, sus pasos, movidos por la rutina diaria, la conducen hasta su puesto de trabajo. Hasta “su” máquina. La mira con cariño. Hace dos años que trabaja con ella; la conoce, sabe sus movimientos, sabe de sus engranajes. Esta tarde la siente viva, comprendiéndola”.

La trama que desarrolla este relato se ubica en medio de los avances tecnológicos y cambios sociales de la década del 60. Recordemos que más o menos en esta época recién se incorpora a nuestro lenguaje la palabra “cibernética”. Este término denota el estudio de los sistemas de control entre el humano y la inteligencia artificial, por lo que en el texto está presente el vínculo entre la máquina y el ser humano como testimonio de un elemento alienante.

Aunque el relato tiene múltiples lecturas debido al desarrollo psicológico de la protagonista que, a su vez, presenta un universo literario con enfoque de género, el elemento tecnológico es el engranaje de la historia.

La protagonista, Juana, es una mujer obrera que vive una vida en soledad y a sus 44 años aún no ha tenido ninguna experiencia sexual. De pronto, se ve encerrada durante todo el fin de semana en una fábrica llena de máquinas, sin alimentos y a solas con sus recuerdos de una vida sin amor y miseria.

Juana y la cibernética, se puede interpretar como una crítica social a las condiciones de trabajo en las fábricas de la época y, al mismo tiempo, desarrolla un personaje femenino erotizado y muy bien construido. De hecho, denota el interés de la escritora en dar visibilizad a temáticas feministas en la ciencia ficción. En este sentido, es un relato con una perspectiva de género y orientado a la crítica social.

De este modo, Elena Aldunate abre un camino para la mujer en la ciencia ficción y participa activamente en un género tradicionalmente dominado por hombres.

Aldunate perteneció a la generación del 50 junto a Matilde Ladrón de Guevara, poetisa y feminista. Este periodo de la literatura chilena mantiene vínculos entre sí por la influencia de la poesía y novela norteamericana. Además, por el determinismo científico y el existencialismo, este último lo podemos observar en sus primeros escritos y en la saga Ur-y Macarena(1987-2001). 

En 1950 la escritora publicó su primer libro titulado Candia(1950). Posteriormente, María y el Mar (1953) y Ventana adentro(1961) cuyas obras, a través de sus protagonistas, dan cuenta de las restricciones que tiene la mujer para participar, opinar y vivir. Asimismo, del rol decidor y devastador de la figura masculina en esta realidad, por lo que a partir de la publicación de Juana y la cibernética(1963) recién irrumpe en el género de la cienciaficción.

No obstante, Aldunate no desarrolla el género de la ciencia ficción dura, es decir, no emplea la rigurosidad científica, sino que incursiona en la ciencia ficción y la fantasía. Sin embargo, esto no quiere decir que le resta mérito y que por ello no debe pertenecer a este género, pues no toda la ciencia ficción desarrolla el argumento científico con tanta precisión.

Otro elemento que está presente en su literatura es lo onírico y el monólogo interior. Por ejemplo, en Francisca y el otro(1981) donde la mujer y la figura masculina coexisten mediante la ausencia de comunicación en pareja. En esta novela la autora usa la técnica del monólogo interior y presenta el conflicto desde una perspectiva onírica como recursos narrativos.

Por otra parte, el panorama de la ciencia ficción nacional escrita por mujeres tiene obras de gran calidad. Entre ellas, La confederación: te enseñaron a morir…para controlarte(2016) de Claudia García Mendoza. En este libro la autora crea un mundo en el que un oscuro control rige las vidas de las personas mediante complots científico-tecnológicos. De manera similar en Albatross(2018) de Soledad Paiva, la tecnología ha alcanzado tal nivel de desarrollo que no es necesario trabajar, por lo que la población consume alucinógenos. En otra línea se encuentra Deltas(2020) de Sasha Hanning que aborda el tema de viajes en el tiempo. Hoy en día hay una apertura en explorar este género, por lo que existen más autoras que están escribiendo ciencia ficción, así que vale la pena investigar un poco para conocer sus obras.

Presencia de seres extraterrestres
Elena Aldunate tuvo especial interés en construir mundos futuros a partir de la relación de la mujer con el mundo, pero también con seres de otros planetas.

Entre estas obras, se destaca El señor de las mariposas(1967) y Del cosmos las quieren vírgenes(1977), en esta última, la escritora plantea una teoría sobre el futuro de la humanidad donde la mujer tiene un papel fundamental.

En esta obra nos encontramos con una propuesta alternativa a cómo surge el mundo y nuestra raza. En concreto, plantea que en un tiempo lejano vinieron extraterrestres a la tierra y copularon con las terrestres para crear una nueva raza. Como resultado, nacieron hombres inteligentes, por lo que cada cierto tiempo estos seres regresan a la tierra a producir cambios positivos a la humanidad. Por lo tanto, vuelven a nuestro planeta a mezclarse, esta vez, con mujeres vírgenes con el objetivo que nazcan hombres y mujeres más inteligentes y con mejor criterio para vivir.

En esta novela la autora propone un mundo libre de guerras, con mujeres líderes y empoderadas producto de una nueva concepción de la mujer.

Un elemento curioso de este libro es que la “virginidad” es símbolo de “pureza”, posiblemente por la educación católica de la autora. Sin embargo, no plantea una teoría científica que dé sustento a la idea del cruce de razas basado en la virginidad de la mujer para mejorar nuestra especie, lo que abre un debate interesante respecto de las múltiples perspectivas que hoy coexisten sobre estos conceptos. Más aún, teniendo en cuenta que la historia se basa en un versículo de la Biblia descrito en Génesis 6, que dice:“Cuando los hijos de Dios se llegaron a las hijas de los hombres, ellos les dieron descendencia”.

En mi opinión, en esta novela nos encontramos con un feminismo un poco ingenuo, aunque para la época guarda especial relevancia porque la escritora es parte de un momento histórico en el que la mujer no tiene voz. De la misma forma, la ubica en un rol trascendente para mejorar la sociedad desde una perspectiva no colonizadora.

Por otra parte, en la serie de libros “Ur”(1987-2001) la temática extraterrestre también está presente al crear una historia central que relaciona a un habitante del planeta Urano con los terrícolas.

En Angélica y el delfín(1978) un cuento que trata sobre este tema es “La bella durmiente”, que narra la relación amorosa entre una terrícola y un ser interespacial, donde la figura de la mujer alcance ribetes místicos y cósmicos también presentes en las novelas Del cosmos las quieren vírgenes(1977) y en María y el mar( 1953). Aunque es necesario aclarar que en María y el mar no hay presencia de seres de otros planetas, sino que la relación de la mujer con la naturaleza desde una perspectiva mística.

Pero lo interesante de la temática extraterrestre presente en la literatura de esta autora es su perspectiva esperanzadora. Dicho de otro modo, plantea la hipótesis que existe vida en otros planetas y la posibilidad de relacionarnos con seres cósmicos quienes buscan entregar sabiduría y conocimiento a los humanos.

Incursión en la literatura infantil y juvenil
En 1984, Elena Aldunate crea una serie de libros de ciencia ficción para niños y adolescentes publicados entre 1987 y 2001 y protagonizados por Ur, un curioso ser proveniente del espacio.

Ur – y Macarena (1987), es el primer libro de la serie que narra la historia de una niña que hace amistad con un ser del espacio, Ur. Sucesivamente, se publican Ur y Alejandra(1989), Ur e Isidora(1993), Ur y María Celeste(1985), Ur y Almedra(2001).

En estas historias juveniles la autora mezcla la ciencia ficción y la fantasía con tintes existencialistas. Es decir, las protagonistas se encuentran entre la niñez y adolescencia, en la búsqueda de la identidad, el amor, el reconocimiento del mundo y los enigmas del universo: donde Ur ayuda y guía a las niñas en dar respuestas a sus inquietudes. Estos libros, tal como lo dijo la misma autora, están dedicados a las mujeres del futuro: sus nietas.

Es así como en la literatura de Aldunate nos encontramos con tres elementos que se presentan en su obra: la mujer en un medio restrictivo, contactos extraterrestres, la relación del ser humano y las máquinas. Desde esta mirada, la escritora reflexiona sobre el mundo y plantea un ideario de la mujer en el futuro como un ser fuerte y sensible, protagonista de su vida y clave en el desarrollo de una mejor sociedad.

Sin duda, la obra de esta escritora refleja la lucha de la mujer por expresarse y ocupar un lugar lejos de los estereotipos machistas. Por otro lado, es una autora poco conocida en Chile en proporción a su legado en el género de la ciencia ficción, lo que es lamentable, porque se ubica junto a Hugo Correa como una de las voces que inicia este género en nuestro país.

En los últimos años se ha tratado de difundir su obra con algunas reediciones y antologías. Entre ellas, en 2011 se reeditaron sus cuentos con editorial Cuarto Propio gracias a un proyecto Fondart. En 2015 se publica la antología “Cuentos chilenos de terror, misterio y fantasía”, que incluye algunos relatos de la autora y se publica Juana y la cibernética cuentos, libro que reúne su obra de ciencia ficción y con enfoque de género. Y en 2016 Imbuche Ediciones edita la saga Ur. Pese a ello, todavía tiene un lugar postergado en las letras chilenas. Y aunque es evidente el reconocimiento de otros escritores y de la crítica existen pocos estudios sobre su obra en Chile, por lo que no es ampliamente difundida.

Elena Aldunate fue novelista, cuentista, articulista de diarios y revistas. Además, libretista radial y llegó a ser vicepresidenta del Club de Ciencia Ficción en la década del 70. Fallece en 2005 a causa de un cáncer de ovarios.

Quiero terminar este artículo con las palabras de Roberto Pliscoff en Puerto de Escape “La imagen que nos debequedar de Elena Aldunatedebiera ser la de una escritora trascendente y fantástica, única en nuestras letras

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